martes, 29 de junio de 2010

Crónica de una batalla (2)

(2a. Parte)

El miércoles 24 de marzo fuimos al hospital Marienkrankenhaus en Herne. En la sección de urología me volvieron a revisar para confirmar lo que el urólogo ya me había dicho: el carozo tenía todas las de ser un tumor maligno.

La pregunta que en estos casos siempre hacen es: ¿todavía quiere tener hijos? Si sí, entonces hay que ir a un banco de esperma, porque el peligro de quedar esteril es grande. El mismo médico se ocupó de conseguirme cita en una ciudad cercana. Pero eso también quería decir que no me podían operar hasta que haya estado en el banco de esperma.

Gracias a Dios, la cita era para el día siguiente, jueves 25, temprano de mañana, y de ahí tenía que regresar directamente al hospital para ser operado alrededor de las 10 de la mañana.

El día miércoles la pasé muy mal. Lloré mucho, sobretodo cuando leía los emails que tantas personas me habían escrito, en respuesta a una circular que enviamos la noche anterior. El miedo a lo desconocido era tan fuerte... y supongo que uno simplemente necesita tiempo para sobreponerse del choque inicial y dar lugar a la fe y confianza en Dios.

Ya el día jueves, un hermano de la iglesia, Dieter, se ofreció muy amablemente a llevarme de un lugar a otro. Así pude llegar puntualmente a las citas que tenía. Después de haber estado en el banco de esperma, me dejó en el hospital alrededor de las 9 y fue a buscar a Evelyn y Nuyan, mientras yo me preparaba para la operación.

Recuerdo cuando me llevaron a la sala de operaciones pero nada del resto, ni siquiera que me hayan puesto anestesia... Desperté camino a la pieza, ya operado, donde esperaban Eve y Nuyan... y por alguna razón ya me sentía mas aliviado. Como que saber que el tumor ya había sido extirpado me tranquilizaba, aunque sabía que todavía teníamos que esperar los resultados de la biopsia y de la tomografía que me hicieron después de la operación.

Pero sin duda, las oraciones de tantas personas, conocidas y no conocidas, que estuvieron intercediendo por nosotros en tantos países diferentes, tuvo su efecto en nuestras vidas, ya que nos sentimos durante este tiempo "llevados" y cubiertos en oración.

A continuación algunas fotos de esos días...

4 días después de la operación:
Nuyan visitando a papá...


El gordito ha sido una fuente tremenda de alegría

En la próxima escribiré un poco sobre la quimioterapia...

Un abrazo a todos,

Omar